Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo

Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo

El próximo domingo 21 de noviembre la Iglesia celebra la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.

Esta es la oración de consagración y las correspondientes indulgencias plenarias que ella tiene.


ACTO DE CONSAGRACIÓN DEL GÉNERO HUMANO A JESUCRISTO REY

Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, míranos humildemente postrados delante de tu altar; tuyos somos y tuyos queremos ser y a fin de poder vivir más estrechamente unidos contigo, todos y cada uno nos consagramos voluntariamente en este día a tu Sagrado Corazón.

Muchos, por desgracia, jamás te han conocido; muchos, despreciando tus mandamientos, te han rechazado. Oh Jesús benignísimo, compadécete de los unos y de los otros, y atráelos a todos a tu Sagrado Corazón.

Oh Señor, sé Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de ti, sino también de los pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria.

Sé Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de ti: devuélvelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve, se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.

Sé Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría o del paganismo; dígnate atraerlos a todos a la luz de tu reino.

Concede, oh Señor, incolumidad y libertad segura a tu Iglesia; otorga a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haz que del uno al otro confín de la tierra no suene sino esta voz:

¡Alabado sea el Corazón Divino, causa de nuestra salud, a Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos!

Amén


En la Solemnidad de Cristo Rey, cualquier fiel católico puede ganar indulgencia plenaria con las condiciones habituales si reza públicamente la oración de consagración del género humano a Jesucristo Rey (Enchiridion Indulgentiarum, Concesiones 2):

¿Qué es la “indulgencia”?

Es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en lo referente a la culpa que gana el fiel, convenientemente preparado, en ciertas y determinadas condiciones, con la ayuda de la Iglesia, que, como administradora de la redención, dispensa y aplica con plena autoridad el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos.

El acto indulgenciado en este caso consiste en rezar públicamente (si en tu Iglesia no se reza al final de la misa puedes buscar un compañero que la rece contigo), el día de la solemnidad de nuestro Señor Jesucristo Rey, la oración «Dulcísimo Jesús, Redentor» (Acto de consagración del género humano a Jesucristo Rey).

Las disposiciones requeridas son:

  • ser católico bautizado, no excomulgado.
  • hallarse en estado de gracia.
  • haber confesado en fechas recientes (unos veinte días atrás o hasta dentro de unos veinte días).
  • recibir el día de la Solemnidad la Sagrada Comunión.
  • rezar una oración por las intenciones del Sumo Pontífice. Puede ser un Padreuestro y Avemaría.

Es necesario saber que:

  • sólo se puede ganar una indulgencia plenaria al día.
  • puede aplicarse por sí mismo o por los difuntos como sufragio. No puede aplicarse por otra persona viva.

Enchiridion Indulgentiarum – Paenitentiaria Apostolica, 4° ed. 16 de julio de 1999 (vigente). Constitución Apostólica “Indulgentiarum Doctrina” de Su Santidad San Pablo VI sobre la revisión de las indulgencias.

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